Con un paisaje que alterna valles y montañas, Ourol posee numerosos parajes que ofrecen un marco natural idóneo para la práctica del senderismo, que permite aquí disfrutar de la naturaleza en torno a los numerosos ríos y arroyos que discurren por su territorio, y en los montes con el ganado pastando libremente, pues es frecuente encontrarse en el municipio, ganado equino en estado salvaje. Abundan los lugares que visitar como el que hay en la carretera que conduce a Miñotos, en el noreste del municipio, y donde el río Embalsadas forma un bello paraje en el lugar de Santa Mariña. En Miñotos destaca la iglesia de tres naves separadas por arcos de medio punto, cubierta de madera menos en la capilla mayor que tiene bóveda de cañón. Tiene una torre cuadrada. Su construcción data de 1740 según la inscripción que se conserva en la capilla del Socorro. En el interior alberga un retablo barroco con tallas del siglo XVIII. La iglesia parroquial de Santa María de Ourol, también es del siglo XVIII y alberga pinturas murales del Juicio Final. Anterior es la iglesia parroquial de Santiago de Bravos, fundada en 1630 y con elementos posteriores del siglo XVIII. La arquitectura religiosa se completa con los abundantes cruceiros entre los que destacan los de Xerdiz del siglo XIX, el de Sixto, y el de Licín. En San Pantaleón de Cabanas hay una cruz entre caminos que tiene reminiscencias protohistóricas. La arquitectura civil, tiene su representación en varias casas señoriales como la Ferrería de Bravos construida a partir de un antiguo pazo-herrería del siglo XV, con una capilla del siglo XVII. En Miñotos se puede ver la Casa do Carme de los siglos XVII y comienzos del XVIII con capilla reconstruida en 1880. De los siglos XIX y XX hay en el municipio algunas casas de indianos o casas habaneras de estilo colonial, con clara influencia latinoamericana. Los molinos y los palomares representan la arquitectura popular y resultan de interés etnográfico para conocer la gente de estas tierras. Aunque para ello nada mejor que conocer sus costumbres culinarias en las que, como ocurre en toda la provincia de Lugo, abundan los deliciosos platos cocinados con carnes de cerdo, ternera y cordero, así como los pescados de río que constituyen todo un regalo para el paladar.
